27 septiembre 2025

¿Cuánto duran los discos de nuestras consolas (y por qué aún funcionan muchos de hace décadas)?


    En una entrada reciente analizamos la vida útil de los cartuchos de Nintendo Switch (enlace), estimando que, a falta de confirmación oficial, podrían tener una duración aproximada de 20 años (en condiciones normales). En esta ocasión nos centraremos en la durabilidad de los juegos basados en discos. ¿Es necesaria esta entrada? La entrada sobre Switch surgió a raíz de la publicación de diversos shorts y TikToks que desinformaban. Esta entrada es una continuación que considero necesaria, ya que durante años se ha publicado en prensa seria una serie de artículos con información inexacta sobre la durabilidad de los discos ópticos. Algunos afirman que estos se deterioran en un plazo relativamente corto (20 años), lo cual es exagerado. Si bien la putrefacción de los discos es un fenómeno real, la afirmación carece de precisión. Por lo tanto, al igual que en el caso de los cartuchos de Switch, en esta entrada abordaremos y desmentiremos ciertos mitos.

Mi reacción al ver al enésimo TikToker desinformando.

 

    Cuando uno habla de discos, lo primero que piensa es: "si los cuido, me duran para siempre". Error. El plástico, el metal y la óptica no son inmortales. Pero tampoco son papel higiénico: En condiciones decentes, un disco puede vivir más que el propio lector de la consola e incluso que el propietario del juego (tú). Vamos por partes.

La vida prometida según generación (tened en cuenta que son estimaciones):

  • PS1, Saturn y algunos juegos de PS2 (CD-ROM): Entre 20 y 50 años. Larga durabilidad, pero muy fáciles de rayar. Tienen una única capa metálica (la capa de datos) reflectante muy cerca de la superficie superior. Eso significa que cualquier rayón en la parte de la etiqueta puede exponer o dañar directamente los datos.
  • Dreamcast (GD-ROM): Entre 20 y 50 años. En cuanto a tecnología son similares a los CD-ROM, pero admiten más capacidad.
  • Xbox original / PS2 / Xbox 360 (DVD-ROM): De 30 a 50 años. Más capacidad, pero misma fragilidad física que un CD-ROM: Un rayón puede ser la muerte instantánea. Los DVD salieron 15 años más tarde que los primeros DVD-ROM, por lo quee benefician de procesos de prensado más refinados, materiales de mayor pureza y adhesivos más estables. Se añadieron recubrimientos protectores mejores que los CD-ROM/GD-ROM, reduciendo el riesgo de microarañazos y contaminación.
  • PS3, PS4, Xbox One (Blu-ray): En teoría 40 a 100 años, especialmente porque la capa protectora empleada para este medio es mucho más resistente a rayones y suciedad.


    Si consideramos el caso que en teoría tiene una vida útil menor (20/50 años), podemos observar que estos superan en durabilidad a los cartuchos de Switch. Mientras que los cartuchos de las consolas actuales (Switch, Evercade, etc...) se basan en memorias flash de tipo NAND, susceptibles a fugas de electrones en sus células electrónicas (los "ceros y unos" que forman los bits, para simplificar), los discos se graban con un patrón de surcos sobre una superficie. La interpretación del valor 0 o 1 de un bit se determina según la altura de la pista. Estos surcos físicos no presentan fugas con el tiempo (a diferencia de las memorias flash de tipo NAND) y, además, están protegidos con distintas capas puestas únicamente para ese fin, su protección, lo que prolonga su vida útil muy significativamente. No obstante, si se produce un rayón físico, la capa de datos puede verse dañada, impidiendo que los lectores de disco detecten correctamente los bytes de los archivos afectados y, en consecuencia, haciendo que el juego resulte ilegible para la consola. 

    Ahora bien, ¿cuantos años durarán tus juegos? Pues todo depende en gran medida de las condiciones de almacenamiento. Dejar los discos expuestos a la superficie los hace más susceptibles a la humedad y al deterioro, mientras que almacenarlos apilados en una tarrina puede propiciar la aparición de rayones. La mejor opción para preservar su estado óptimo es guardarlos en sus cajas originales y lejos de la luz solar directa. Los rayos UV degradan la capa protectora de policarbonato y, en el caso de los discos regrabables, también afectan al tinte de la capa de datos. Si están dentro de sus cajas y estas están expuestas a la luz solar, en principio el disco no recibe los rayos UV, pero la cubierta de la caja puede sufrir de sunfade (efecto por el cual una portada pierde viveza, contraste y saturación, quedando con un aspecto "lavado" o apagado), por lo que el disco no sufriría daños, pero su caja tendría una portada (o lomo) venida a menos. Si se almacenan los juegos en sus cajas y en un lugar sin exposición directa a la luz solar, su estado de conservación es bastante bueno. Para mejorar aún más su preservación, se podrían almacenar en ambientes oscuros y considerar el uso de bolsas de plástico para aislarlos aún más de la humedad, siempre que el ambiente no sea extremadamente cálido.

    Cabe destacar que la calidad de los materiales empleados en la fabricación de los discos influye notablemente en su durabilidad. En comparación con un disco pirata grabado en 1999, los originales presentan una resistencia considerablemente mayor: Mientras que el pirata puede fallar en apenas una década, el original es un tanque que puede conservarse en óptimas condiciones durante un periodo mucho más largo. Esto se debe a que los discos grabables que quemamos nosotros mismos suelen estar compuestos por materiales de baja calidad, propensos a la oxidación y a la proliferación de hongos con mayor facilidad, lo que acelera su deterioro (se pudren más rápido). A su vez, es lógico pensar que la durabilidad de un disco grabable (quemado por nosotros mismos) también depende de la calidad de los materiales del propio disco: En general, los discos grabables de marca blanca y de bajo coste suelen ser los primeros en deteriorarse.

    Sin embargo, es importante distinguir entre la vida útil promedio de un soporte óptico (CD-ROM, DVD de doble capa, Blu-ray...) y su uso real. Existe una realidad bastante incómoda: ciertos lectores de consola son más propensos que otros a rayar los discos durante la lectura. Un caso famoso fue el de algunas versiones de Xbox 360, donde se documentaron casos de consolas que llegaban a rayar los discos de forma muy notoria (enlace 1, enlace 2). De hecho, el conocido youtuber Austin Evans publicó recientemente un vídeo en el que adquiría una Xbox 360 de segunda mano que le dañó dos discos (enlace, minuto 16:18). Microsoft, consciente del problema, ofreció en la década de los 2000 un programa de sustitución de discos rayados (enlace). Otros lectores problemáticos se encontraron en determinados modelos de PS2 Slim (cuya acumulación de polvo podía rayar los discos durante la lectura) y en las Xbox originales con lector Thomson. Si utilizas habitualmente discos originales para jugar en tus consolas retro, te recomiendo que te informes sobre el lector de tu consola para determinar si se trata de un modelo más propenso a dañarlos.

    ¿Y qué pasa si el lector deja de leerme los discos de la consola? ¿Se pueden sustituir? Pues, en caso de que el lector de discos de la consola falle, su sustitución es posible, aunque la dificultad varía según el modelo. En consolas como PS1, PS2, Sega Saturn o Dreamcast, la sustitución del lector no presenta mayores inconvenientes: Desmontar, reemplazar y rearmar. Sin embargo, en consolas más modernas como Xbox clásica, Xbox 360, PlayStation 3, PlayStation 4 y modelos posteriores, el lector está vinculado al sistema DRM de la consola, lo que complica su sustitución. Es decir, para esos modelos el lector está vinculado a su consola original, lo cual, para quienes no estén familiarizados con el hacking en consolas, implica la necesidad de recurrir a un servicio técnico. En resumen, a mayor modernidad de la consola, más complejo resulta el proceso de sustitución del lector.

    ¿Y si hablamos del mantenimiento de discos? Youtube y TikTok están llenos de shorts donde enseñan a revivir discos usando pasta de dientes o lápiz labial. En relación con el mantenimiento de discos, estos dos métodos pueden parecer efectivos a corto plazo, pero que a largo plazo resultan perjudiciales para el disco. La pasta de dientes puede ocultar rayones superficiales temporalmente, pero al ser un abrasivo leve puede dejar residuos y microabrasiones que deterioran el disco con el tiempo. Por otro lado, el lápiz labial, al ser una grasa con pigmento, puede cubrir rayones por refracción, pero se derrite con el calor del lector y ensucia la lente (lo cual es una mala idea). Si tienes que recurrir a estas técnicas para jugar a tu juego, mi consejo es que te plantees hacer un backup del disco y jugar desde él (que no explicaré cómo hacerlo por razones obvias), pulirlo o bien buscarte un reemplazo de segunda mano. Y esto lo digo porque, con los discos difíciles de leer, el lector intenta leer la pista varias veces, recalibrando el láser y moviendo el motor, lo cual produce un desgaste constante. Piensa que tu lector es un componente mecánico, susceptible de fallar con el número de usos, y que cuanto menos trabaje, menos desgaste sufrirá con el tiempo.

    Y para finalizar la entrada nos queda por abordar un último punto y es el elefante en la habitación: El pulido de discos. Y menciono esto porque, además de estar en relación con el párrafo anterior, he observado en Youtube vídeos de tiendas en línea que han adquirido pulidores de discos para mejorar la apariencia estética de los juegos que comercializan (enlace). Por lo tanto, si adquieres un juego de segunda mano donde el disco está perfecto estado, sospecha (en especial si el estado del disco no es acorde con el de su caja). Pero, ¿qué pasa aquí? Pues el problema está en que esto no debe de hacerse únicamente por fines estéticos, ya que consiste en reducir el grosor de la capa de policarbonato (la capa protectora) eliminando los rayones que interfieren con la correcta lectura de la capa de datos. Esto mejora la legibilidad del disco; sin embargo, a largo plazo, este proceso incrementa la exposición del disco a la humedad y al deterioro interno. En otras palabras, el pulido puede prolongar la vida útil del disco en situaciones críticas, pero reduce su esperanza de vida general y lo hace más susceptible a futuros rayones (debido a que cada pulido adelgaza la capa protectora de policarbonato). Es importante destacar que el pulido de un disco no debería realizarse generalmente con fines estéticos, sino para solucionar problemas de lectura. Si su disco es ilegible en la actualidad, acortar su vida útil mediante el pulido para poder seguir utilizándolo se considera un mal menor.


 

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