25 septiembre 2025

Los cartuchos de Switch no son eternos (y jugarlos no los revive)


 
    Por si no lo sabíais, los cartuchos de Switch tienen fecha de caducidad, aunque no esté escrita en ninguna parte (y esto a lo mejor se tendría que legislar). Y no es un problema exclusivo de esta consola: Lo mismo ocurre con los cartuchos de Nintendo DS, 3DS e incluso con los cartuchos de PS Vita y Evercade. La tecnología que usan estos dispositivos, basada en memoria flash NAND, tiene una vida útil limitada y, aunque duren décadas, no son eternos.

    Últimamente me he topado con varios vídeos y tiktoks que aseguran que, para evitar que estos cartuchos mueran, basta con meterlos en la consola de vez en cuando y jugarlos. Su teoría es que la consola los "mantiene vivos", puesto que ésta reescribe en las celdas de la memoria del cartucho. Spoiler: Eso es un disparate. La Switch no reescribe los cartuchos, ni los rejuvenece mágicamente. Esa idea es un mito. Los cartuchos de Switch son de sólo lectura: Salvo sorpresa, la consola no los reescribe y, por ende, no se regeneran.

    La verdad es más sencilla (y menos mágica): No es cuestión de usar un cartucho o no, sino de que esta tecnología no fue diseñada para durar siglos. Los cartuchos de Switch, como cualquier dispositivo basado en memoria flash NAND, tienen una vida útil estimada. Y lo más importante: Estos cartuchos están pensados para jugarse, no para quedarse eternamente precintados en una estantería.

    Entrando en detalle, los datos en un cartucho moderno se guardan en celdas electrónicas que mantienen atrapados electrones. Estos electrones son los unos y los ceros que componen los bytes y, por ende, su contenido. Con el tiempo, esos electrones se escapan (fuga eléctrica), y los datos acaban corrompiéndose (al no saber interpretarse si una celda X representa un cero o un uno, los ficheros se leen mal). Puedes verlo como las ruedas de tu bici: Aunque no uses tu bici, sus ruedas se desinflan con el tiempo. Usar tu bici no hace que las ruedas se reinflen, pero puedes pillar un bombín y reinflarlas.

    Se calcula que la vida útil de un cartucho de Nintendo Switch ronda los 20 años. Puede ser más, puede ser menos: No hay una duración oficial por parte de Nintendo y su vida depende de la calidad del chip, del almacenamiento, del uso, del calor, la humedad... Pero, en todo caso, no son eternos. El reloj empieza a correr desde el día que el cartucho sale de fábrica, lo uses o no.

Y ya hay ejemplos cercanos:

  • Cartuchos de Nintendo DS que hoy no arrancan, sin motivo aparente (enlace).
  • Wii U muertas porque su memoria interna se degradó sola, sin tocarse (enlace).

    En su día, bastantes títulos de 8 y 16 bits (Zelda, Secret of Mana, Fifa 96, etc...) usaban una pila de botón soldada a la placa para guardar la partida. Realmente la pila no "guardaba", si no que más bien alimentaba de forma constante la memoria volátil (SRAM) donde se guardaban las variables. Treinta años después, esas pilas están agotadas. Los cartuchos siguen funcionando, pero ya no guardan. Repararlos requiere cierto mantenimiento: Abrir el cartucho, desoldar la batería agotada y reemplazarla por otra. No es un proceso complicado, pero puede dar miedo a cualquiera que no haya usado nunca un lápiz soldador. Ahora bien, esos juegos viejos se "escribían" con silicio en memorias ROM, las cuales sí que son casi eternas y rara vez se estropean.

    ¿Por qué he sacado el tema de las baterías? Pues porque el hecho de que un cartucho dure unos veinte años no debería verse como una tragedia. Dos décadas dan tiempo de sobra para jugar, rejugar, compartir y atesorar esos títulos. Lo que no tiene sentido es tratarlos como fósiles intocables, como si su función fuese estar en una urna de metacrilato. Los cartuchos se hicieron para jugar. Y como todo dispositivo electrónico, un día dejarán de hacerlo. La mejor forma de honrarlos no es guardarlos como reliquias, sino jugarlos mientras viven. Existen coleccionistas que guardan juegos precintados de Switch como inversión, pero la realidad es que un juego precintado también tiene fecha de caducidad. El plástico seguirá intacto, pero sus datos, dentro del cartucho, acabarán muriendo. 

    ¿Significa esto que en el futuro dejarán de existir cartuchos de Switch jugables? No necesariamente, existe algo bastante fantasioso que podemos probar. Al igual que existen empresas de criogénesis que se ofrecen a congelar tu cuerpo para descongelarte en un futuro donde se encuentre una cura para tu problema, podemos realizar un backup de nuestros cartuchos (que no diré cómo hacerlo por motivos obvios), con la esperanza de que algún día exista un método para reescribirlos y restaurar los datos de nuestros cartuchos "rotos". De momento es más un deseo teórico que una realidad práctica (estos cartuchos están compuestos por una flash NAND cifrada + pequeñas secciones de EEPROM para control/seguridad). Pero, de conseguirse, aunque la memoria flash envejezca y los datos se degraden, nuestro "cartucho descriogénizado" seguiría vivo, como si nada hubiera pasado. Ojo, no os estoy invitando a compartir vuestros juegos por internet, si no a haceros una copia de seguridad privada para restaurar en el futuro el producto original (lo cual, a día de hoy, no se puede hacer).

    ¿Y la alternativa digital? Aquí la cosa tampoco es mucho mejor. Confiar en la eShop es como poner tu esperanza de vida en manos de una aseguradora: Depende únicamente de la bondad de Nintendo mantener sus servidores vivos durante décadas. A eso hay que sumarle que tanto la Switch como su sucesora tienen un espacio de disco ridículo (32 GB y 256 GB, respectivamente), que obliga a tirar de tarjetas SD. Así que sí, la idea de los backups como criogenización digital puede sonar soñador, pero la alternativa oficial tampoco ofrece garantías reales de preservación a largo plazo: Vivimos en un mundo donde se te cobra hasta por rechazar cookies, donde se te obliga a borrar tu cuenta si rechazas las modificaciones de una EULA (no ese broma, pasa en Xbox) y donde tampoco sería descabellado imaginar, aunque suene amarillista, un futuro distópico en el que Nintendo nos haga volver a pasar por caja, aunque sea con un "precio simbólico",  para seguir accediendo a juegos que ya compramos, con la excusa de mantener vivos los servidores.

     Seguramente habrá ahora mismo gente que esté pensando en la piratería como solución a estos males.  No obstante, la piratería tampoco es la solución: Cada cartucho lleva una firma digital y Nintendo ya tiene mecanismos para detectar consolas o dispositivos que usan copias no autorizadas o firmware modificado, lo que acarrea el riesgo añadido de poder quedar vetado de sus servicios online. Además, regrabar o clonar cartuchos oficiales con backups de dudosa procedencia conlleva riesgos legales y prácticos que varían según la legislación de casa país. Por eso, hacer un backup privado de tus propias compras es una aproximación mucho más razonable desde el punto de vista de preservación.

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