17 años en Internet

23 septiembre 2014

This is #Valencia

    Me encontraba de camino hacia la oficina tras la pausa de la comida, cuando un coche se saltó un paso de peatones en el segundo cruce de la calle Campoamor con la calle del señor de Azagra. Una señora le recriminó al conductor con un "¿¡Pero qué haces!? ¡Que esto es un paso de peatones!" a lo que en pleno cruce un mozalbete rubio de pelo corto de unos veinticinco años paró el coche y abrió la ventanilla para responder con un "¡Cállate!". La mujer volvió a insistir y siguió por su camino mientras que el mozalbete le repetía otra vez con un "¡Cállate!" a cada toque de atención que le daba la señora. Parecía que el uso del verbo callar en su forma imperativa era lo único que el chaval sabía decir, como si se tratase de disco rayado.

   En ese instante, cual mío Cid, giró la cabeza hasta verme a mí. En ese preciso momento le llamé telepáticamente caradura mientras le hacía el gesto de darme palmaditas en la mejilla, a lo que el sucedáneo de humano respondió haciéndome el mismo gesto. Mi reacción fue suspirar, poner mirada seria y acercarme a su cochazo (poco acorde con el de un chaval de su edad) mientras le hacía gestos con las manos de "tranquilo, relájate".
- No puedes decir "cállate" a alguien que te dice que te has saltado un paso de peatones. - Le comenté al situarme al lado de su ventanilla.
- Le he contestado conforme a sus formas. - Contesta el pequeño corderito y aprendiz de hooligan mientras me pone mirara algo más relajada. Entonces me fijé que vestía con ropa casual de marca, más parecida a la de un niño rico que a la de un chaval de barrio conflictivo. - Ella me ha gritado, pues yo le contesto igual, "¡cállate!". 
- Hombre no, no vale la pena ponerse así. Te has saltado un paso de peatones. Se dice perdona y ya está.
- Pero son las formas, yo le respondo igual, se ha puesto así, pues yo igual.
    En fin, visto que no podía concienciar al mozalbete que tenía delante, me despedí con la mirada, con la sensación de haber intentado dar el mejor ejemplo posible. Acto seguido el chaval arrancó el coche, hizo un giro en dirección prohibida y se fue.

    Si este joven es el futuro que tiene que mantener a mi nación, entonces nos espera un futuro muy negro.


Habría que explicar a los conductores imprudentes que la vida no es un videojuego.
Si no te conciencias al volante, no vendrá Lakitu a salvarte.

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