18 años en Internet

27 junio 2013

Ya está aquí mi Ouya

Ya me ha llegado a casa la supuesta primera consola de videojuegos open source con Android, (que ni es open source* ni es la primera videoconsola con Android) que no es ni de lejos la primera consola con Android. A primera vista sorprende por su reducido tamaño, más pequeño que un juguete y con la potencia gráfica de una tableta de gama media/alta.
*El núcleo y la interfaz gráfica de la consola son open source (https://github.com/ouya), pero no su tienda/pasarela de pago. Gracias Pau, por el aviso.

Para concretar más el apartado técnico, Ouya cuenta con un procesador Tegra 3 de Nvidia, que era una maravilla en 2012, pero que a día de hoy no se puede considerar para nada revolucionario. Para haceros una idea, juegos como Shadowgun pueden funcionar de forma fluída a 1080p, pero haciendo uso de frameskips para evitar las relantizaciones, afectando por consiguiente a la jugabilidad, puesto que el abuso de esta técnica afecta notoriamente a las respuestas del mando. Esto hace que jugar a este plagio del Gears of War sea una experiencia a evitar. En resumidas cuentas: Ouya reproduce los 1080p, pero los juegos insignia no están bien optimizados para este sistema.

En cuanto a puertos el gadget anda poco fino: Una salida HDMI, un puerto USB, otro micro-USB, la fuente de alimentación, una entrada para ethernet y poco más. La conexión a los gamepads se realiza mediante bluetooth y éstos, a pesar de las críticas que se pueden leer por internet, funcionan de forma precisa. Lo que sí que he notado es que tras jugar a determinados juegos los controles se vuelven inestables, obligando a desconectarlos y a volverlos a conectar para recuperar su correcto funcionamiento. Habría que estudiar si esto se debe al firmware de la consola, al SDK de desarrollo o a la mala implementación de éste último por parte de las desarrolladoras de estos juegos. Aunque yo apostaría por los tres factores al mismo tiempo.

Respecto a la interfaz, ésta está localizada únicamente al inglés y al igual que las videoconsolas actuales requiere registrarse una cuenta en el servicio de turno para poder hacer el disfrute de ésta. Uno de los puntos más llamativos es que para confirmar tu cuenta necesitas insertar sí o sí un número de tarjeta válido (crédito/débito). Este paso es obligatorio, aunque no se te realiza ningún cargo bancario. Un punto a criticar es que, a diferencia de Xbox Live o PS Network, este servicio de internet carece de listas de amigos. El launcher que trae por defecto es básico pero intuitivo. Si bien, resulta llamativo que sufre de ralentizaciones durante las transiciones de scroll. Uno de los puntos más criticables es que la consola viene sin ningún juego precargado, obligándote a tener un acceso de internet para bajarte juegos la primera vez que enciendes la consola. Otro punto que no me gusta es que, pese a existir una cola de descargas de juegos, no existe una pantalla que te muestre únicamente las descargas que tienes activas. Básicamente parece que los chicos de Ouya han cogido lo peor de Xbox Live y de PS Network para crear un mounstruo horrendo que nadie quiere y que tiene como único objetivo controlar tu visa. Por no tener, no tiene ni los famosos "códigos de amigo" de las consolas de Nintendo.

Es más, el lado más criticable de este producto (aparte de estar fabricado en china, explotando tropecientas almas para fervor del Dios capitalista moderno), es que éste huele a consumismo por todas partes. Y es que no se engañen, eso de que todos los juegos de Ouya son free-to-play es una mentira como una catedral. Salvo los juegos indie, todos los juegos que eran y son comerciales en otros mercados continúan siéndolo en Ouya y éstos se limitan símplemente a sacar una versión demo con opción a compra de la versión final una vez que hayas pasado por caja. Lo "jodido" de esto, es tener que repagar por juegos como Shadowgun o Final Fantasy III, puesto que recordemos que el Google Play está capado: Todos los juegos que compraste en otros mercados tendrás que repagarlos aquí.

Por otro lado, Ouya es una buena toma de contacto para el desarrollo de juegos Indie. Pero no nos engañemos, ya existe un punto de encuentro para esta comunidad que te permite explotar tus juegos en Windows, Linux o Mac OS X... y se llama Steam, Steam Greenlight. Realmente aún es pronto para valorar este producto, pero hay que destacar que la gente quería este producto y se le puede augurar un cómodo futuro a esta nueva empresa.

13 junio 2013

Crear un LiveUSB de Linux arrancable desde Mountain Lion

Unetbootin es una aplicación maravillosa que permite la instalación de un LiveCD de Linux en un lápiz USB. Esto te permite, por ejemplo, poder probar o instalar una distribución Linux sin tener que quemar un CD o un DVD. No obstante, si eres un usuario de Mountain Lion (Mac OS X 10.8) te será prácticamente imposible que Unetbootin te crée un lápiz USB autoarrancable. Por desgracia, en esta versión del sistema operativo de Apple, la aplicación Unetbootin te prepara un USB con un sistema operativo listo para funcionar, pero no puede hacerlo arrancable y resulta inútil hasta para rEFIt/rEFInd (dos cargadores de arranque que permiten la ejecución de sistemas operativos alternativos en Mac Intels).

A pesar de ello, existe una alternativa que es funcional para Mac Intels y que no requiere la instalación de software adicional, sólo hace falta ejecutar un par de comandos Unix. Eso sí, cabe destacar que este proceso eliminará, sí o sí, todo contenido que pudiera estar presente en tu lápiz USB. Estos son los pasos:
  1. Sin el lápiz USB conectado abrimos una terminal y ejecutamos el comando "df". Esto nos listará todas las particiones montadas y su ruta física en /dev.
  2. Conectamos el lápiz USB y esperamos a que el sistema lo monte automáticamente. Ejecutamos otra vez el comando "df" y verificamos la ruta física que posee en /dev. Lo reconocerás porque se monta en un directorio que depende de "/Volumes".
  3. En mi caso la partición que se monta proviene de "/dev/disk1s2", donde s2 representa la partición 2 del dispositivo "/dev/disk1". Nos convertimos en root con "sudo bash" (te pedirá tu contraseña de usuario si eres administrador) y desmontamos el USB con el comando "diskutil unmountDisk /dev/disk1". Recuerda que el número de disco puede cambiar en tu caso, es por ello que primero hemos realizado el comando df antes y después de montar tu lápiz USB.
  4. Acto seguido, una vez tengas la iso del CD de Linux que te interese, realizaremos el siguiente comando para realizar una copia bruta de la imagen a tu lápiz USB: "dd if=mi_imagen.iso of=/dev/disk1". Es muy importante especificar como ruta destino el dispositivo (/dev/disk1 en este ejemplo) y no una partición (como pudiera ser /dev/disk1s2). Ten en cuenta que esta acción borrará todo el contenido que exista en tu lápiz USB y que es una acción no reversible.
  5. La ejecución del comando "dd" tardará unos veinte o treinta minutos en finalizar, así que te recomiendo ir a tomar un café. Si observas el equipo desde la lejanía, notarás que el proceso ha finalizado cuando Mac OS X te saque una ventana nueva quejándose que has insertado un disco ilegible e inmontable.
  6. Por último, para poder arrancar desde dispositivos externos, tendrás que reemplazar el gestor de arranque de tu Mac por rEFIt o por rEFInd. Recomiendo el segundo, puesto que es bastante sencillo de instalar y está más actualizado.
Con todo ello ahora podemos ejecutar sin problemas un Live USB de Linux en un Mac con Mountain Lion. Si finalmente instalas una distribución GNU/Linux en tu computadora, es bastante probable que el proceso de instalación te machaque rEFIt/rEFInd por Grub2, haciendo, en caso de un sistema dual, que tu Mountain Lion sea inarrancable. Por suerte, rEFInd puede ser instalado diréctamente desde Linux, por lo que para solventar este problema bastaría con bajarte desde la página del proyecto el paquete ".deb" (o ".rpm", según te convenga) e instalarlo de forma manual ("sudo dpkg -i mi_paquete.deb", o bien "rpm -ivh mi_paquete.rpm").

10 junio 2013

Troyano bueno, troyano malo

Recientemente ha salido a la palestra que el actual borrador del anteproyecto del Código Procesal Penal plantea la legalización del uso de troyanos por parte de la policía. Estos troyanos requerirían del permiso de un juez y se podrían instalar en ordenadores y tabletas de individuos sospechosos de  cometer, presuntamente, delitos superiores a tres años de cárcel o delitos relacionados con el cibercrimen o el terrorismo.

Por un lado es desconcertante que se proponga ésto después de que Baltasar Garzón lleve más de un año condenado por permitir escuchas telefónicas de sospechosos de la trama Gürtel que seguían delinquiendo incluso estando en prisión. En aquel momento los jueces del Tribunal Supremo valoraron negativamente que Garzón grabara las conversaciones de los sospechosos con sus respectivos abogados, motivo que a priori violaba su derecho de defensa. Esto propició que el juez fuera el primer condenado en el mayor caso de corrupción de la historia de España. Por otro lado se nos presenta a modo de panacea una nueva alternativa, que no sólo puede violar fácilmente el derecho a defensa, si no que puede dejar al descubierto cualquier punto personal de un individuo que, recordemos, simplemente es un mero sospechoso... e incluso de no sólo este individuo, si no de su propia familia.

Quitando el tema de la privacidad, uno de los temas más preocupantes es averiguar cómo se piensa instalar dichos troyanos, puesto que recordemos que el empleo de "exploits" para instalar software de terceros está perseguido e incluso es sabido que el Ministerio de Industria está planteando ilegalizar la modificación no autorizada de dispositivos para evitar la piratería en videoconsolas. Esto me plantea como única solución que alguien se cuele en tu casa y lo instale manualmente, cosa que es poco probable que pase.

Otro punto preocupante es el tema de la conectividad de estos troyanos, porque hay que partir de la premisa que toda comunicación entre computadoras debería de ser cifrada sí o sí, ya sea mediante el típico certificado ssl o a través de claves rsa/dsa, sin olvidar que además deben de ser probados a conciencia a prueba de bugs, no vaya a ser que la policía acabe abriéndote una puerta trasera insegura que pueda ser empleada por terceras personas con razones maliciosas. Ésto indica que la persona que elaborará este software deberá de ser un técnico especializado en seguridad informática... ¿pero quién? ¿Se atreverá el Estado a convocar un concurso dónde se realizará una subasta a la baja para ver qué empresa privada se prostituye haciendo una aplicación al menor coste? ¿O bien se preferirá apostar por un troyano ya existente, de esos que persiguen nuestras leyes?

Y por último viene mi duda final. ¿Qué utilidad tendrá aplicar un troyano en caso de que el usuario final tenga un cortafuegos decente? Con esta premisa la policía ya puede intentar levantar todos los puertos que quiera, que si el equipo bloquea todas las peticiones de conexión  poca información podrán recabar.

En fin, amigos míos, yo aquí veo más un posible pelotazo que una propuesta real.

07 junio 2013

El peligro de autodenominarse "neoliberal"

Siempre que hablamos de liberalismo nos viene a la mente la política extranjera, puesto que en España estamos más acostumbrados a emplear términos como "derecha", "izquierda" o "centro". Muchos desconocerán que el término "liberalismo", en cuanto a corriente política se refiere*, fue apadrinado originalmente por el pueblo español, concretamente por un grupo de diputados de las Cortes de Cádiz que se oponían a la invasión napoleónica y a la restauración del viejo régimen: Querían una nación nueva y plasmaron sus revolucionarias ideas en la Constitución de 1812.


* No confundir con el Liberalismo ilustrado. El liberalismo es un movimiento filosófico, económico y político. Aquí hago referencia a la rama política.
De hecho, si vemos las características originarias del pensamiento liberal, notaremos que éstas difieren bastante de los actuales liberales. Aunque esto no es ninguna novedad, puesto que dos siglos más tarde todos sabemos que el Partido Socialista ya no es socialista y que todo lo que tenga que ver con política guarda más relación con ultras de equipos de fútbol que con idearios reales. Si bien es cierto, el liberalismo actual coincide con el original en defender como principal premisa la importancia del individualismo de la persona por encima del bien común, pero hay que destacar que el original defendía la libertad en todos sus aspectos (libertad de pensamiento, de asociación, de prensa), la separación de poderes y que el Estado fuera laico. También defendía que todas las personas son igualas ante la ley, sin distinción de privilegios ni distinciones. De hecho, parecía más una carta magna republicana que monárquica. La idea básica, en groso modo, era que si los individuos eran felices, el buen estado de la sociedad sería el mejor de los bienes comunes.

Es increíble que doscientos años más tarde la tortilla haya dado una vuelta tan enorme, puesto que basta con entrar un par de minutos en Youtube o de ojear un poco Twitter para darse cuenta de cómo funciona la mente de las personas que se autodenominan liberales: Gente de ideología conservadora y adinerada que apuesta por un libre mercado (no son tontos, les conviene), de religión católica, que opina que la Monarquía es necesaria, que considera a todos sus rivales políticos errados y que defiende a ultranza que todo el que se queje de sus políticas es un nazi o filoetarra. A ésto, señores, se le denomina Neoliberalismo.


Neoliberalista = Libre mercado = Tengo dinero y quiero más.
Esto implica: Estado fuera del negocio + Trabajadores más baratos.
El único individualismo importante es el de las clases pudientes.


En Argentina vivieron el Neoliberalismo en su máxima expresión.


Se privatizó TODO, TODO Y TODO. El resultado: dejó el país en la miseria.

He de reconocer que he caricaturizado un poco la definición del liberal actual medio, pero no negaréis que al leerla os habrá venido a la mente más de un personaje público, sí, más de una persona que se endosa a la vez dinero público y privado. Sí señores, las personas que defienden la libertad individual por encima del bien común como pretexto para privatizar todo lo privatizable, son las mismas personas que cobran un salario que pagas tú de tus impuestos, incluso si quieres mandarle a la mierda, y que seguramente acabará cobrando un favor de algún servicio privatizado. Pero a ésto no se llama corrupción, sobresueldo o conflicto de intereses, se le llama bolso de Louis Vuitton, deportivo Ferrari o bolsa de confeti de 3.000 euros.

¿Qué más da un bolso de Louis Vuitton? Bueno señores, no es por meter el dedo en la llaga, pero las políticas liberales son las principales causas del hundimiento de esta nación. Recordemos que las personas que ahora nos dicen que tenemos que ser productivos y que debemos de ser responsables y apretarnos el cinturón, son los mismos que liberaron el suelo y que ahora han recortado la Ley de Costas para permitir los pelotazos del ladrillo. Es decir, vosotros, obejitas, debéis de saber que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, así que quedaros este fin de semana haciendo deberes mientras me dedico a farmear del ladrillo. Recordemos que estos liberales fueron los mismos que financiaron nuestro mejor momento de bonanza privatizando Endesa, Repsol, Iberia y Telefónica, empresas que fueron vendidas "por cuatro duros" y que durante este tiempo ya han dado más dinero en beneficios que de lo que se ha recibido por su venta.


Sí, se privatizó... un poquito, ¿no? Ale, sociata, págame bonos de deuda.
A esto en el Monopoly se conoce como hipotecar todas tus calles.


"Españistán, de la Burbuja Inmobiliaria a la Crisis", por Aleix Saló.

Es decir, nos privatizaron empresas líderes en su sector para impulsar la economía del país y mientras duró la plata catalogaron este tramo "el milagro español". Nos hemos fundido la herencia (antes incluso que gobernara Zapatero), ahora sufrimos resaca y encima resulta IMPOSIBLE que podamos volver a comprar estas empresas o que fabriquemos alguna similar con capital público. ¡Y nos ponen ésto como buen ejemplo para privatizar la Educación o la Sanidad! ¡Tócate los cojones! ¡Qué huevos!


Raciocinio "neoliberal". La Universidad debe ser privada.



Taro Aso: Ancianos, moriros pronto, que os pagamos con dinero público.
Armó tanto revuelo el ministro que se vio obligado a maquillar sus palabras.

Y ahora es cuando viene el "y tu más":
 - ¡Eres un demagogo! ¡Que sepas que los sociatas eran unos corruptos que privatizaron Seat!
Bueno, otro día me meteré con los autodenominados socialistas, que tienen de socialistas lo mismo que los neoliberales de liberales. Por cierto, si eres un neoliberal sólo te pido una cosa, deja de jodernos.

02 junio 2013

Pablo Iglesias vs Manglano en La Sexta Noche.



Atentos al raciocinio del "liberal", ex consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, poniendo en duda la necesidad de financiar una educación superior pública (minuto 16).