17 años en Internet

20 marzo 2017

The Legend of Zelda: Breath of the Wild

    La verdad es que los usuarios de Wii U podemos estar de enhorabuena por la gran calidad de juegos de rol que han salido. No me malinterpretéis, también tengo una PS4 con unos cuantos juegos de rol. De hecho, tenía ya preparado un análisis del Hollow Realization.

    Pero oye, los videojuegos son para jugar y para pasarlo bien y en ese sentido un Tokyo Mirage Sessions #FE o un Xenoblade Chronicles X son toda una demostración de juegos que gustan de jugar y mucho. Mientras tanto, otros juegos como los Hollow Realization, los Neptunia o el último Final Fantasy de turno, pues no están mal... pero no están a la altura de las expectativas.

    Y es que en esta generación me da la sensación de que la consola de Nintendo se ha llevado el gato al agua, en cuanto a juegos de rol se refiere. Y aquí tenemos la guinda: Me compré el Zelda: Breath of the Wild para Wii U y no me arrepiento.


    Seré franco. ¿Este juego es perfecto? Hombre, no, no lo es. Como en todos los juegos hay cosas por corregir. Por ejemplo, no me gusta como te meten con calzador el argumento de que tienes que ir a por Ganon. Eso sí, es mi opinión, la cual no tiene por qué ser la tuya. De hecho, por poner un contra ejemplo, a mi me ha encantado el guiño al primer Zelda de soltarte en medio de un descampado e invitarte a buscarte la vida para continuar.


    Ahora bien, seamos sinceros e imparciales: Aunque no exista el juego perfecto, a día de hoy es el título comercial que más se acerca a la perfección. ¿Tiene bugs? Sí. ¿Tiene fallos de guión? Pues alguno tiene, pero eso da igual. Estamos ante un juego que gusta de jugar y que se deja disfrutar y eso es lo principal. No es Full-HD, ni va a 4K, pero luce precioso... Ver el efecto visual del viento deformando la luz ambiental mientras llueve de noche, es, sencillamente, abrumador. Morirás muchas veces, pero no es difícil. El mapeado es gigantesco, pero no está vacío: Cada pocos metros hay algo que hacer.


    Este Zelda es una invitación a la exploración, a perderte por el mapeado y experimentar con la interacción del entorno: Acerca tu arma de madera a una hoguera y ésta se prenderá, acerca esa misma arma en llamas a un matojo y crearás un incendio de forma inintencionada. ¿Necesitas alcanzar esa cima? Crea una hoguera para que el aire caliente empuje tu paravela hacía arriba. ¿Explota un contenedor lleno de manzanas? Pues recogerás manzanas asadas. Acércate a un caballo de forma silenciosa y podrás domarlo... y si no quieres cabalgar en caballo, siempre puedes montarte en un ciervo.

    Bien es cierto que es una pena que se pierdan las funcionalidades táctiles prometidas, debido, supongo, a poder portar más fácilmente el juego en Switch. Pero luego enchufas el mando PRO de la consola y da igual. Y es que la calidad global del título hace perdonar cualquier tipo de imperfección, puesto que muy pocas veces nos encontramos con juegos creados con tanto cariño.

    Es un juego. Es un juego muy bueno. Juégalo y punto. Lo disfrutarás y eso es lo único que debería de importarte.