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15 marzo 2012

The Elder Scrolls V - Skyrim


En 1993 Breteshda se encontraba elaborando un juego donde el jugador manejaba a un mercenario que iría peleando de coliseo en coliseo hasta ganarse la fama de héroe de Tamriel (continente ficticio donde transcurre la saga de The Elder Scrolls). Finalmente el juego se transformó en un RPG puro y duro y en 1994 se publicó bajo el nombre de "The Elder Scrolls: Arena". Ocho años más tarde, la saga cuenta con cuatro secuelas, cuatro expansiones (dos para Morrowind y dos para Oblivion) y seis spinoffs.

Tras aclarar estos antecedentes, pasemos a introducir el guión del juego: Han pasado 200 años desde los sucesos narrados en Oblivion. El jefe rebelde Ulfric ha matado Torygg (rey supremo de Skyrim), dejando el trono en manos de su esposa: Elisif la Justa. La nueva reina consta de la simpatía del imperio y de los altos elfos, los cuales se prestan para ayudar a la gobernante para iniciar una fuerte campaña de represión, donde entre otras medidas se prohíbe el culto a Thalos (la deidad más importante de Skyrim). Tras ello la provincia nórdica se vuelve altamente inestable, estalla una guerra civil y los poblados empiezan a ser atacados por misteriosos dragones.

Y ahí entras tu, un misterioso aventurero que llega a Skyrim con el increíble don de absorber las almas de los dragones. Tu cometido, a priori, parece simple: Defender a Skyrim del asedio de los dragones y reunificar la provincia para parar esta guerra civil sin sentido.

Mapa de Tamriel según el primer The Elder Scrolls, elaborado por el usuario Xana: En la provincia volcánica de Morrowind (al este) transcurre la acción de The Elder Scrolls III; En Cyrodiil transcurre la historia de Oblivion y el juego del que vamos a hablar hoy transcurre en la provincia norteña de Skyrim (de ahí el título del juego).
La historia de The Elder Scrolls V nos engancha de principio a fin. Al igual que en Oblivion, comenzaremos la aventura siendo presos y tendremos que ser liberados para poder explorar el vasto mundo que nos rodea. A base de explorar podremos visitar las distintas ciudades de la provincia de Skyrim y podremos declararnos neutrales en el conflicto civil hasta que lleguemos a las capitales de ambos bandos: Ventalia y Soledad. Por el camino nos encontraremos con un inmenso catálogo de quests secundarias, muchas más que en juegos anteriores de Breteshda, como pudieran ser Fallout 3 o Morrowind. Para haceros una idea, estamos hablando de que si te dedicas a hacer las aventuras secundarias después de cien horas aún no habrás visitado todas las ciudades de Skyrim (va en serio, me ha pasado a mi).

Y es que jugar a Skyrim es un vicio. Pocos juegos de un solo jugador encontraréis que enganchen tanto. El motor que Breteshda lleva elaborando desde Morrowind (que se perfeccionó en Oblivion y que pegó una importante mejora gráfica en Fallout 3) ha alcanzado cotas insuperables: El juego luce muy bien a nivel gráfico, los movimientos, animaciones y acciones resultan mucho más naturales y el guión resulta increíblemente sólido y elaborado, hasta el punto de que incluso varias quests importantes pueden ser finalizadas a través de caminos alternativos. Estamos, sin duda, ante uno de los RPG menos lineales de esta generación y con los mejores gráficos del mercado en cuanto a su género se refiere.


Por poneros un ejemplo de la poca linealidad de la historia: existe una quest alternativa donde un niño os pide asesinar a un adulto por su nefasto comportamiento. El usuario puede matarlo o no. En caso de hacerlo, a la semana recibe una carta anónima amenazante. Una noche te acuestas en tu casa y despiertas atado de pies y manos en una cama que no es la tuya. Enhorabuena, has sido secuestrado por la Hermandad Oscura y te liberarán con la única condición de matar a uno de los otros tres presos. Hacerlo es indispensable para entrar como miembro en la Hermandad Oscura... El paso lógico parece matar a uno de los tres presos y luego decidir si entrar o no en esta hermandad. Pues yo, en contra de toda lógica, me las ingenié para matar a mi captor y acto seguido se me activó una nueva quest secundaria: "Acabar con la Hermandad Oscura". Sin palabras, los chicos de Breteshda son increíbles. 

A pesar de ello, hay que remarcar que el juego es tan inmenso que por desgracia no es ajeno a los bugs. Por ejemplo, no puedo devolverle a Urag (Escuela del Gremio de Magos) las crónicas de Nchuleft porque conseguí el libro antes de activar la quest. Lo mismo me pasó con la quest de "Informa a la familia de Leifnarr de su muerte", porque encontré el cadáver de Leifnarr antes de hablar por primera vez con su familia. Pero el bug más curioso me lo encontré en Riften: Una misión secundaria me obliga a matar al jefe de los bandidos de Nilheim, los cuales no son bandidos, si no inofensivos guardias aliados (vamos, que para cumplir la quest tuve que matar a un inocente NPJ).

Además, hay que tener en cuenta que la mayor limitación de Skyrim es su falsa idea de que no tienes limitaciones. Me explico, es un juego donde puedes hacer casi de todo: Casarte, comprar casas, fabricar tus propias armas, cazar, montar una tienda, cortar leña, montar a caballo... pero por ejemplo la relación con tu cónyuge y con tu compañero de aventuras se limita a un "Buenos días cariño/compañero", además de que puedes masacrar a medio poblado y con sólo pagar una multa puedes salir impune de tu escalofriante delito... y más tarde incluso puedes ser nombrado héroe de dicha ciudad por hacer un par de quests secundarias.

Pese a los numerosos bugs, estamos hablando de un juego que te puede ofrecer perféctamente más de un centenar de horas de diversión, e incluso puedes alcanzar más de dos centenares de horas si te da por explorar el vasto mundo de Skyrim... Y si esto resultara poco, estamos ante un juego altamente rejugable, puesto que a la existencia de dos facciones principales para acabar el juego, hay que añadirle el alto número de secretos que se activan dependiendo de tus actuaciones a lo largo del hilo argumental.

Plataforma: Xbox 360, PS3 y PC.
Idioma: textos y voces en castellano.
Precio de venta recomendado: 69,95€ en Xbox 360 y PS3. 49,95€ en PC.
PEGI: +18 años.
Nota: Obra maestra.

3 comentarios:

  1. He conocido estos juegos desde el Dagerfall, si yo fuera dueño de mi tiempo libre, le daria duro.

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  2. Pues mira, estoy de acuerdo contigo, el juego es una obra maestra, es tan tan grande, que las pequeñas cosas las gestiona como el culo, y es por eso que no le daría una diez ni de coña.

    El juego es una maravilla, su historia principal, su cantidad de misiones secundarias, sus posibilidades, y si hablamos de aspectos técnicos pues nos quedaríamos sin adjetivos, pero falla en los pequeños detalles, como bien dices, te puedes casar, pero no te puedes divorciar, los guardias te tratan igual seas Thane (noble o como se diga en la versión en español) que si eres un ladrón.

    Otra cosa que no me ha terminado de gustar, es que puedas hacerte guildmaster, puedas hacerte listener de la Hermandad oscura (de verdad los nombres son mil veces mejor en inglés) y puedes hacerte campeón de los compañeros todo a una, les ha faltado hacerte High King también. Quiero decir, habría sido más rejugable si solo pudieras hacerte una de esas misiones y que hubieran sido más largas. Ya que solo con hacer dos o tres misiones secundarias de esos grupos te puedes hacer el cabecilla.

    En fin, parrafada al canto. Ha sido un placer jugar a Skyrim. Ponte ya con el vídeo.

    http://www.youtube.com/watch?v=Q9Dv4Hmf_O8

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  3. Ender, sí que puedes divorciarte, pero no volver a casarte jeje. Leí que algunas esposas no aceptan bien que vendas tu alianza.

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