Pensamos que somos dueños de nuestro destino, pero la realidad es que la vida es una sucesión de reacciones químicas y de alteraciones y estados circunstanciales. Por lo tanto nuestras reacciones dependen del entorno y esto me hace llegar a las siguientes conclusiones: todo lo que ha pasado ha pasado por que no podía pasar de otra manera y que por lo tanto debía de pasar; No existe un destino predefinido pero sin duda este es lineal.
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