En un país donde la tasa de paro está situada en el 21,2% de la población activa (según Eurostat), llega Esteban González Pons (Vicesecretario General del Partido Popular) y promete que con su partido habrá pleno empleo. Bueno, realmente ha dicho que el Partido Popular aspira a crear 3,5 millones de puestos de trabajo en cuatro años, lo cual equivale a decir que con Mariano sólo habrán 600.000 parados (casi siete veces menos que ahora).
La cifra parece exagerada a más no poder, pero ahora viene la Secretaria General del Partido Popular y declara que ve viable que su partido pueda crear 3,5 millones de empleos. Eso sí, tontos no son y como saben que es imposible no van a poner esta promesa en su programa electoral.
Sea como fuere, Antonio Espasa (director del Instituto Flores de Lemus), José García Montalvo (catedrático de Economía de la U.P.F.), Josep Badia (presidente de Asset) y Alberto Garzón (miembro del Consejo Científico de Attac) aseguran al medio 20Minutos que gane quien gane el 19 de Noviembre, económicamente estaremos igual que ahora. Uno de los comentarios más atrevidos viene del joven Alberto Garzón, que remarca que "mientras los partidos españoles obedezcan los intereses de esta Europa, no habrá salida a la crisis". Por su parte Josep Badia menciona que a medio plazo España está condenada a ir en remolque de los países fuertes de Europa.
No son los primeros que prometen "sin prometer".
Revisando las acciones recientes y las promesas electorales, el denominador común del bipartidismo para salir de la crisis es austeridad y subida de impuestos. Recientemente se aprobará en consejo de Ministros, bajo petición expresa del candidato Rubalcaba al presidente Zapatero, la recuperación del impuesto sobre el Patrimonio. Un impuesto que actualmente aplica sólo Francia en la U.E. y que en España se retiró en 2008.
Con ello se pretende que las clases más ricas den su granito de arena para salir de la crisis, puesto que afecta a las rentas superiores a 108.000 euros/año y a los contribuyentes con bienes superiores a los 600.000 euros. No obstante, hay que remarcar que es una medida populista, cara a la galería, puesto que económicamente apenas supone una inyección de capital de entre 1.000 y 2.000 millones de euros. Para haceros una idea España se habrá gastado al final unos 12.000 millones de euros en los rescates económicos de Grecia, Irlanda y Portugal.
Eso sí, lo que se ha callado Rubalcaba es que realmente el impuesto sobre el Patrimonio nunca se suprimió en nuestro país, si no que se aplicó una bonificación del 100% sobre la gente que lo declaraba. Ahora lo que se plantea es retirar bajo decreto ley dicha bonificación. Aún así, es un gesto simbólico que resulta bienvenido... que al igual que el reciente secuestro a nuestra Constitución es una medida desesperada para intentar saciar el antojo desproporcionado de los mercados. Esta acción se produce casi al mismo tiempo que el nuevo impuesto sobre el Inmobiliario presentado por Grecia para intentar reducir su déficit. ¿Casualidad?
No tanta, recientemente el candidato Rubalcaba ponía el dedo sobre la llaga comentando mientras tomaba un café con alumnos universitarios que "el riesgo que hay que España sea intervenida es muy fuerte. Lo estamos pasando muy mal", además de rematar con un tajante "al que debes dinero (la banca) te marca las reglas".
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